Es uno de los métodos más antiguos de sanación y relajación que utilizan la energía universal para aumentar el bienestar de los seres.
A través de una técnica por contacto físico sutil con las manos, el Reiki se utiliza para restaurar la paz y el equilibrio físico, mental, emocional y energético, no tan sólo de las personas, sino que también de animales y plantas.

Fue descubierto por el Maestro Mikao Usui en 1922 cuando realizaba un retiro de meditación y ayuno de 21 días en el Monte Kurama, en Kyoto.  Consiste en canalizar energía tanto hacia un lugar específico del cuerpo donde exista un problema, como al cuerpo en su totalidad, dependiendo de la dolencia y el tipo de tratamiento. No tiene contraindicaciones y es un complemento a la medicina tradicional.

Los efectos producen una armonización completa y multidimensional en las distintas esferas del ser humano, transformándolo y desarrollándolo interiormente: estimulando y despertando las fuerzas internas de autosanación, y equilibrando los centros energéticos y las funciones metabólicas del cuerpo.

Entre sus beneficios:

• Se alivian las tensiones musculares y los dolores.
• Se liberan las emociones reprimidas, armonizándose en el proceso la esfera psicoafectiva de la persona.
• Aumenta el nivel energético, proporcionando vitalidad física y anímica, revitalización orgánica y rejuvenecimiento de todo el organismo.
• Se produce un estado de profunda relajación, de calma mental y serenidad de espíritu.
• Se desarrolla y expande la conciencia a través de un estado íntimo y progresivo de autoconocimiento.
• Las plantas, animales y los alimentos también se benefician de la energía universal.